LLegando a Alsacia
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Última etapa para Alsacia
-Hoy se puede decir que va a ser una etapa de transición ya que por la tarde llegaremos a nuestro destino en pleno corazón de Alsacia.
No hemos levantado y despueé de recoger todo del hotel hemos hecho el ritual de todos los días, ir a buscar una boulangerie -aquí cierran a las 12.30- para comprar un demi-baguette, algún pastelito típico francés para el postre, en este caso hemos pillado una tartaleta de ciruelas, y algún croissant para desayunar. Con esto y un café en el bar del pueblo cogimos la carretera dirrección al noroeste de Francia.
Antes de abandonar Saint-Pourçain-sur-Sioule mis chicas quisieron ver una de las fábricas de Louis Vuitton, que se encuentra aquí, donde se crean los diseños de estos famosos y horribles bolsos, pero que no sé por qué razón hormonal a las mujeres les encanta, ¿será por el precio?
Ya llevamos 1500 km desde Valencia y antes de coger la autopista buscamos un centro comercial para poner gasolina. ¡Ojo! aquí en Francia puede haber unos 20 cm de diferencia por litro, un detallle muy importante si viajas por Francia en coche.
Después de unos 400 km paramos a comer cerca de Besanzón, en una zona de picnic como las que hay por todas partes en este país.
Es un buen momento para estirar las piernas y tomar un aperitivo -en este viaje la cosa va de Cynar- con frutos secos mientras Rosa prepara una de sus típicas ensaladas campestres. Como he dicho en muchas ocasiones, el ir de picnic no es ir de bocatas con pan elastico de sobaquillo, eso es otra cosa.
Las ensaladas de Rosa suelen llevar tomate, pimiento verde, cebolla, aceitunas La Española -mal que les pese a los gilipollas-, atun, huevo duro, aceite, sal y vinagreta.
En los picnics hay que buscar el equilibrio entre lo práctico y lo elegante.
Lo que no he podido solucionar, y no creo que lo tenga, son los platos de plástico, y mucho menos los vasos de plástico ya que beber buenos vinos en ellos duele y mucho.
El jamón de La Alpujarra y las almendras fritas es uno de los lujos -mientras dure- del viaje hasta que lleguemos a Alsacia y podamos comprar productos típicos de Francia para comer. De momento vamos tirando con cositas españolas y lo que compramos en Andorra.
Hoy, aparte de la ensalada hemos comido montaditos de quesos franceses con mantequilla, salchichones franceses y paté con vino de Rioja, ¡¡coño, eso sí que es alianza de civilizaciones y no lo que los imbeciles nos venden!!
Como ya he comentado, de postre hemos comido una tartaleta de ciruelas típica de Francia que compramos en el horno. Yo no soy de dulces pero aquí son típicas y son unos verdadreos maestros en su elaboración. Las típicas tartaletas que venden en todos los hornos son de grosellas, arándanos, frambuesas, fresas y todos los frutos del bosque.
Después de comer y antes de coger la autopista pasamos por el pueblo más cercano para tomar café en el bistró de la plaza, porque si en Francia el café es una mierda, imágina lo que ponen en las autopistas.
Os dejo el precio de los cafés para que veais que aquí cuesta más o menos como en España, y con sueldos más altos. ¿Lo pillais? sueldos más altos, precios más bajos. Algún día alguno, o muchos, entenderan que mantener 17 estados en España y unas cuantas mierdas de dialectos cuestan dinero y alguien lo tiene que pagar.
Una de las cosas que los franchutes no dan la talla es en los helados, mi hija ha pedido un helado pequeño, y efectivamente es pequeño. O el vasito muy grande. Dos euros la bola.
Y por fin después de recorrer unos 300 km llegamos a nuestro destino en el corazón de Alsacia. El hotel Deybach está situado en Munster, un pequeño pueblo cerca de Colmar.
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